1/10/10

De Juergas y Fiestas

Son las 4:25 AM y aprovecho que aún no he terminado de digerir la opípara cena que hemos consumido tras la inauguración de una nueva edición de Una Mirada Al Sur (nuestra muestra de cine peruano, que tantos sinsabores y alegrías nos proporciona) para retomar la sana costumbre de compartir con mis lectores (reales e imaginarios) algunos pensamientos, experiencias y links.

Nada más llegar a casa, como buen
Community Manager, he revisado los correos y cuentas de twitter... Me he encontrado con la sorpresa de un supuesto "golpe de Estado" en Ecuador que no se parece a nuestro 23F, sino a una turba de policías airados porque se les ha bajado el sueldo y se les han retirado algunos incentivos.

Mañana sabremos más de esta historia, pero en estos momentos no puedo quitarme de la cabeza una foto que mi madre posteó hace unos días en Feisbuk y resume perfectamente, a mi entender, la dignidad y el respeto que se merece el trabajo de quienes se juegan la vida cada día defendiendo los valores morales, las leyes y, sobre todo, la propiedad privada (al menos al de algunos).






Supongo que mi señora madre (y como ella muchos otros) encontraron graciosa la fotografía de un miembro de la benemérita con su "miembro" en la mano y descargando sus aguas menores en un espacio público... La verdad es que a mí me parece una imagen inquietante que demuestra dos cosas: La primera es la falsedad evidente de aquel escatológico refrán que proclamaba
"Churra española nunca mea sola" y la segunda es el lamentable estado de nuestras instituciones, que evidencia esta foto y explica en parte el esperpento de la juerga general que vivimos el pasado día 29.




Hace tiempo que reduje mi consumo televisivo a cero horas diarias en favor de perderme entre un bosque de pestañas y
un mar de links en busca de información, unas risas o cualquier otro de los posibles beneficios de la Red. Por eso, mi seguimiento de la pasada juega general convocada por los sindicatos contra la oposición, contra los empresarios que han sobrevivido a la crisis y contra los ciudadanos que querían ejercer su derecho constitucional a un trabajo más o menos digno, ha sido a través de los canales que pone a nuestra disposición la Web 2.0

Lo normal sería que los
autonombrados adalides de la clase obrera (léase sindicatos) hubiesen centrado su ira sobre un Gobierno que se ha demostrado inoperante, ineficaz y sin una pizca de respeto por el pueblo... No sé cuántos millones de euros en subvenciones y prebendas concedidos a los sindicatos serán necesarios para explicar semejante actitud, pero el esperpento resultante hace que los ciudadanos descubramos (bueno, eso los que no lo supieran ya) que en esta extraña democracia contamos con una institución menos en quien confiar. Por eso no me extraña que un amigo afirmase en su blog que "Lo importante de la huelga son los telediarios"

Otra amiga publicó en su perfil de Feisbuk (y aún lo mantiene) que "
4.500.000 españoles no pueden hacer huelga porque no tienen trabajo. Lo perdieron mientras UGT y CCOO atendian a sus mariscadas"






Dejando de lado la juerga y volviendo a la fiesta de Una Mirada Al Sur... Sentados a la misma mesa un puñado de personajes de diversos orígenes y profesiones,
era prácticamente inevitable que surgiese el tema de las variantes regionales de nuestra lengua común: Desde el uso de la palabra "concha" al término "párate" (que en peruano significa "levántate", no me pregunten por qué), hasta que una de las tertulianas refirió algo así como "En nuestro país botamos la basura cada noche" y yo no pude evitar responderle que en el mío la votamos cada cuatro años...


PD: Yo no sé vosotros, pero a mí la próxima vez que un agente me pida amablemente la documentación del vehículo, me va a costar horrores no preguntarle si se ha lavado las manos.

6/4/10

Mamá ha muerto hace cinco minutos...


Hoy, a las 7AM, tras menos de tres horas de sueño y un viaje de casi 700 km en coche, me he despertado con una de esas noticias que uno nunca espera recibir. He cogido el móvil y releído varias veces el texto del mensaje… Al principio pensé que se trataba de uno de esos sueños tan reales que uno vive como propios, en espera de que una pequeña discrepancia, o un detalle incongruente, nos permita darnos cuenta de que se trata de un paisaje onírico, devolviéndonos el control y la capacidad de reconducir nuestro sueño o, si lo preferimos, despertar y volver al mundo real.

Mama a muerto hace 5 minutos… Seis palabras que han cambiado mi mundo para siempre.

Tras unos minutos para asimilar el hecho de que ya no volveré a ver a mi abuela, he tomado el teléfono para realizar una de las llamadas más difíciles de mi vida. Una de esas llamadas que no quieres hacer, pero que te hacen sentir como un cobarde cada minuto que la pospones. Al otro lado de la línea estaba mi madre, desconsolada por la pérdida, no sólo de su madre, sino de una etapa de su vida y de gran parte de su familia…



Mi abuela era la hija de un rico terrateniente extremeño y
sobrevivió a nuestra guerra civil entre el acoso y las palizas de los milicianos republicanos, pudiendo incluso encontrar el amor en el proceso. Siguiendo a su marido se asentó en Huelva, construyendo un oasis de vida y naturaleza en el corazón de una de las ciudades más contaminadas de España, un vergel que debería haber sido su legado y el patrimonio de todos los onubenses y que, por la codicia de ciertos “empresarios” de la construcción apoyados por algunos políticos corruptos, tuvo que cambiar por un céntrico piso tras la muerte de mi abuelo.

Mi abuela era la argamasa que mantenía unida a mi extraña familia, digna de haber sido retratada por Visconti en una secuela de “La caída de los dioses”, era la artífice y anfitriona de nuestros reencuentros navideños y de la convivencia veraniega en una vieja y atestada casa junto al club náutico de Punta Umbría… Era la que ampliaba y daba sentido a mi familia más allá de las tres personas que, de momento, componen mi tribu personal.



“Mamá-Abuela” Así la llamábamos sus nietos… Y era más una definición que un apodo cariñoso, porque en un momento u otro de nuestras vidas ella ejerció simultáneamente ambos roles. No sólo sobrevivió a la guerra, sino al cambio continuo y frenético de los tiempos que transformó el mundo que ella conocía, más cercano a la Edad Media que a la amalgama informe, estresada y esquizoide que es hoy en día.

Ella era una creyente convencida e hizo todo lo posible por ganarse un hueco en su cielo… Yo espero que lo haya conseguido, pero como no puedo permitirme creer, me limito a repetirme, entre lágrimas, que ella vivirá en nuestros corazones y en nuestros recuerdos: En cómo me dejaba morder su brazo cuando de pequeño me tenían que poner una inyección, en el sonido que hacía al abrir y cerrar su abanico con un hábil giro de muñeca mientras se balanceaba en su mecedora favorita, en sus resoplidos mientras nadaba en la piscina, en la satisfacción que irradiaba cuando celebró sus bodas de oro, en las conversaciones que manteníamos sobre la historia reciente de nuestro país, vista a través de sus ojos y más cargada de verdad que cualquier memoria histórica subvencionada y politizada.


Mi abuelo falleció tras una larga enfermedad que le arrebató sus capacidades, su dignidad y hasta la capacidad de ser entendido al final del proceso. Mi abuela se ha ido de repente, con muchas ganas de vivir, con muchas experiencias que compartir y pidiéndome, hace menos de diez días, que le diese su segundo bisnieto… Y dejando un gran vacío que sólo el tiempo y las nuevas vivencias podrán atenuar.

Yo creía, o esperaba, que “Mamábuela” estaría en mi vida mucho más tiempo. Su marcha me ha hecho sentir sólo, insignificante y frágil… Y, una vez más, el peso de los “te quiero” nunca dichos, de las acciones pospuestas y la pereza institucionalizada, me recuerdan la brevedad de este proceso que llamamos vida y la importancia de hacer saber a quienes amamos que así es. Como le gusta decir a mi madre: “Un abrazo en vida vale por mil coronas de flores”.



Te quiero, abuela…

28/2/10

La Tormenta Perfecta Y Demás Imperfecciones...




Apenas pasan siete minutos de la una de la madrugada y estoy en la cama, medio desnudo para combatir el bochorno de la calefacción central y "disfrutando" de los efectos colaterales de la remenda resaca que me ha dejado la Marcha Zombi en Madrid, mientras repaso mentalmente los hechos y omisiones más significativos de este fin de semana.

Precisamente, mientras descubría la convocatoria de tan magno evento a través de twitter, en el telediario la presentadora de turno anunciaba, sin inmutarse, que pronto la Península Ibérica se vería bajo los efectos de una Ciclogénesis Explosiva... Huelga decir que en seguida mi atención se centró en la pequeña pantalla, casi al mismo tiempo que la sesuda periodista volvía a referirse al citado fenómeno atmosférico como "Bomba Climática" y en un alarde de didacticismo nos hablaba de "La Tormenta Perfecta"... El término que más a calado entre la ciudadanía debido a que muchos recordamos aún esos efectos 3D que mostraba la película homónima protagonizada por George Clooney, el actor amante de los cafés.


Ante semejante panorama, consideré seriamente la posibilidad de anular mi asistencia a la marcha zombi (como hicieron muchos de mis "frikiamigos") y acudir al supermercado para abastecerme de alimentos y agua, a la gasolinera en previsión de una futura escasez de combustible y a la ferretería para comprar tablas con las que cubrir mis ventanas, tal y como haría cualquier estadounidense ante una posible catástrofe de esa índole.

Afortunadamente, decidí que los zombis no temen a la lluvia ni al trueno y asistí al evento en cuestión, donde pude disfrutar de una agradable velada en compañía de los mejores no-nuertos
del país... Huelga decir que finalmente la bomba climática no explotó y mientras medio Chile escarbaba entre los escombros dejados por un terrible terremoto, nuestros medios de desinformación masiva se dedicaban a asustarnos en vano.

A lo largo de la historia han existidos innumerables visionarios (llamados profetas por algunos y considerados pájaros de mal agüero por otros) que han prometido a la humanidad un inacabable surtido de tragedias, extinciones, guerras y apocalipsis varios... La versión moderna se aprovecha de los nuevos medios para vendernos vacunas innecesarias contra la "Gripe Porcina", convencernos de la necesidad de actualizar nuestros ordenadores para combatir al cataclísmico
"Efecto 2000" o empujarnos a vender nuestra magnífica casita en primera línea de playa (pagada con el sudor y el trabajo de nuestros empleados y algún chanchullo con un politicastro) para evitar la super inundación que provocará cierto "Mega Iceberg".



Yo, sinceramente, ya no sé si estamos ante una conspiración para manipularnos a través del miedo y el estrés continuo o simplemente es que los sobrexplotados, desmotivados e infrapagados periodistas de este país ya no dan más de sí y han tirado la toalla, renunciando a su tradicional papel como guardianes de la sociedad y resignándose a no ser otra cosa que una mezcla entre la clásica figura del pregonero y su nuevo papel como mamporreros del poder.


Pd. En fin, a estas alturas de la noche no sé si cerrar este post con la definición aristotélica del miedo ("El miedo es un sufrimiento que produce la espera de un mal") o la reflexión de Alain Émile Chartier ("El hombre que tiene miedo sin peligro, inventa el peligro para justificar su miedo").

31/1/10

El Primer post del año...

La verdad es que empezar un año con la impresión de que no va a ser mejor que el anterior es triste y preocupante a la vez... Coges el calendario y no ves cuerpos esculturales o espectaculares paisajes, sino 365 batallas que deben ser libradas a vida o muerte y contra un enemigo netamente superior.

Luego, contemplas el reflejo escrutador de tu propia imagen en el espejo y recorres el mapa de cicatrices que cubre tu cuerpo y tu alma, testimonio veraz e indeleble de miles de derrotas y otras tantas victorias. Este año no va a ser mejor que el anterior, ni peor... Es simplemente la posibilidad de reinventarte de nuevo, de construir ese futuro que nunca quisiste pero que todo te empuja a conseguir en sólo 365 intentos.



Atrás quedan las mentiras, los engaños y los temores. Frente a tí se abre un océano de alternativas y un laberinto de opciones, donde cada encrucijada asesina un posible futuro a la vez que alumbra un nuevo tú. Puedes decidir entre cargar con el pesado bagaje de los errores cometidos o volar a lomos de tus anhelos en post de una utopía inestable pero al alcance de tu mano.

Ha llegado el momento de cesar la contemplación pasiva de quién eres y a qué renunciaste. Libérate de tu oxidada armadura y olvida todo aquello que aprendiste sin realmente haberlo vivido... Prepara tus armas, afila tu ingenio, mira al enemigo a los ojos y hazle saber que esta vez no hay marcha atrás, que cada victoria o derrota no será sino un paso más hacia tu destino final.


Pero no te descuides, ya que sólo tienes esos 365 intervalos de luz y oscuridad para marcar la diferencia y es fácil olvidar quién eres y qué quieres, es fácil relegar a un segundo plano el recuerdo de cómo transformaste la certeza de que este año no sería mejor que el anterior en la llama que te alimenta y te devora a partes iguales y canjear todos esos logros por un poco de paz... Ha llegado el momento de que aprendas a apreciar el orden que existe dentro de ese caos que cubre como un denso sudario la realidad en la que vives.



Pd. Este post disgresivo no es una descripción objetiva de un estado de ánimo concreto ni de un periodo dentro de un ciclo vital determinado. Es, simplemente, la lisérgica combinación de la falta de sueño y la secuela del visionado de un documental de Arthur Clarke llamado The Colours Of Infinity.