20/11/11

Reflexiones tras una jornada de reflexión.

Hoy es el día en que se inundarán las pantallas de nuestros televisores, las portadas de nuestros periódicos y nuestros receptores de radio con manidos tópicos como "la fiesta de la democracia", "la participación ciudadana" y un sin fin de clichés enlatados para estas ocasiones especiales. Precisamente hoy, leo en la web que "Ni siquiera el fascismo logró lo que ha conseguido el capitalismo" y siento el impulso de instalarme en mi barricada digital y escribir estas líneas.

En la jornada de ayer, una ley que considera (tal vez con razón) a los ciudadanos españoles como una piara maleable que puede ser influida con suma facilidad y necesita ser protegida de su propia volatilidad, prohibía cualquier información que pudiera alterar nuestra "jornada de reflexión"... Yo reflexionaba como muchos otros compatriotas, llegaba por enésima vez a la conclusión de que elegir cada cuatro años entre "Guatemala" y "Guatepeor" no es democracia y volvía a reivindicar mi soberanía personal frente a un congreso de ratones vendido al capital por unos cuantos privilegios.



Lo más increíble es que esta canción fue compuesta hace un par de décadas y podría ser el himno de movimientos como el #15M, #DRY o #Nolesvotes. Que no son más que expresiones populares contra un sistema que, una vez superado el "peligro" del comunismo, se quitó su careta humanista al considerar que ya no existen alternativas que lo pongan en entredicho... Si de algo me sirvieron las miles de horas quemadas frente a los libros de historia en una carrera sin salida (a no ser que optes por la docencia), fue para obtener una perspectiva que me permite afirmar, sin temor y con fundamentos, que la historia es cíclica y que esta repetición se debe sobre todo a la estupidez y la avaricia desmedida del ser humano. Ahora mismo, nos encontramos más cerca del colonialismo decimonónico que de las utopías que escritores y científicos imaginaron para nuestro futuro.



Contamos con los recursos y la tecnología suficientes para alimentar varias veces la población actual del planeta y, sin embargo, gran parte de los terrícolas no cuenta con los recursos necesarios para garantizar su subsistencia... Y no penséis en los pobres negritos de África, ya no hace falta ir tan lejos porque uno de cada cuatro niños de nuestro país se encuentra en riesgo de malnutrición, mientras los banqueros blindan sus contratos con primas que los convierten en multimillonarios a la par que las entidades que gestionan se hunden y deben ser rescatadas con tu dinero y el mío, que apenas llegamos a fin de mes.

Asomarse en estos tiempos a la ventana digital que son nuestros ordenadores nos permite vaticinar el apocalipsis cercano: Se extingue el rinoceronte africano para que ciertos personajes puedan pagar 300.000 euros la noche por una suite, para que una actriz mediocre pueda ponerse una tapa de retrete de oro y diamantes  donde apoyar su orondo trasero, asegurado en más de 6 millones de dólares...


Mirar por esta ventana buscando respuestas también me ha permitido apreciar la dualidad de este revolucionario invento conocido como Internet, que lo mismo permite al Gran Hermano afianzar su control sobre nosotros que facilita más que nunca la interconexión entre personas, la empatía y un movimiento de resistencia mundial que nace como consecuencia de la homogeneización propiciada por la globalización, que nos ha convertido a todos en usuarios tan parecidos unos a otros, que podemos empatizar sin demasiado esfuerzo con los problemas, las demandas o las visicitudes de alguien que vive en una sociedad diferente a la nuestra o a miles de kilómetros de nosotros. Me gusta poner como ejemplo de este hecho el caso de las israelíes que se desnudan en apoyo de una bloguera egipcia amenazada de muerte por atreverse a mostrar su cuerpo desnudo en su blog y denunciar el acoso sexual en su país a través de #NudePhotoRevolutionary.




PD. Aprovecho la libertad que me proporciona ser el dueño de mi propia tribuna (hasta el día que saque los pies del tiesto y Google cancele mi cuenta) para recordar a todos los bienpensantes con los que compartí asambleas y tribulaciones en la Puerta del Sol y otros espacios públicos, que lo que está ocurriendo en Egipto o el hecho de que Movistar se apropie de nuestra imagen y espíritu para su última campaña publicitaria, demuestran que es muy difícil que una revolución pacífica triunfe en los tiempos que corren. Les informo que he creado el hashtag #afilandolaguillotina y que declaro la guerra al SISTEMA y sus sicarios... Una guerra global, sin tiros en la nuca ni bombas lapa, pero sin concesiones y en cada uno de los frentes que la realidad cotidiana ofrezca.

1 comentario:

carmina dijo...

Muy bueno, como todo lo tuyo. Pero aun tengo fe y energías para creer en la revolución pacífica de Mahatma Ghandi.